Fines de 2011, cierre de los festejos de los doscientos años del proceso de emancipación oriental, el Bicentenario. Fue en ese evento donde por primera vez tomé contacto con la danza clásica y donde nació la inquietud que me trajo hasta aquí. Luego de dos años de gestión y fotografías, aquel proyecto que nombré «Pueblo Ballet», llegó a su etapa final.Gracias al apoyo del Ballet Nacional del Sodre -BNS- y a una gran cantidad de sus bailarines, hemos podido llevar a cabo este pequeño estudio fotográfico que plasma las reacciones de los contemporáneos uruguayos ante la belleza del ballet clásico.Llevamos la danza a quienes no siempre pueden acceder a ella. Intervinimos el espacio público y sorprendimos a ciudadanos en su devenir cotidiano.«Pueblo Ballet» se propuso realizar una serie de fotografías que retrataran conceptualmente la relación del Ballet Nacional del Sodre con el pueblo uruguayo, o más bien el montevideano.Quisimos unificar, mediante imágenes, lo bello y fino de la danza con el folclore social. De esta forma intentamos promover la cultura del ballet y derrumbar años de conceptos equívocos en nuestro país.
End of 2011 – closing celebrations of the two hundred years of the emancipation process, the Bicentennial. That was the first time I became acquainted with classical dance and when the intellectual appetite that brought me here was born in me.After two years of management and photography, that project which I named “Pueblo Ballet” reached its final stage.Thanks to the support of SODRE National Ballet Company (BNS), and to many of its dancers, we could go through with this small photographic study, which shows the reactions of contemporary Uruguayans to the beauty of classical ballet.We took dance to those who could not always access it. We made some changes in the public areas and caught people’s attention as they went about their daily routines.“Pueblo Ballet” decided to take a series of photos to conceptually portray the relationship between the SODRE National Ballet Company and the Uruguayan people, or rather, the Montevideo people.We wanted to unify, through images, the beauty and finesse of classical dance with social folklore and by doing so, to promote the culture of ballet and bring down years of misconceptions in our country.